El comino ha sido ampliamente utilizado como aderezo de las comidas, pero también se han descubierto muchos beneficios que nos aporta a nuestra salud, no sólo en cuanto a mejorar nuestro sistema digestivo, sino que también para nuestras vías respiratorias, por lo que en OtraMedicina te contamos de las propiedades del comino para el sistema respiratorio.
El sistema respiratorio
El sistema respiratorio es muy importante para poder realizar el intercambio gaseoso de nuestro cuerpo. Para ello está compuesto por numerosas estructuras que van desde nuestra nariz hasta los pulmones, como los senos nasales (donde se produce la sinusitis cuando nos enfermamos), los bronquios, bronquiolos y los pulmones, entre otros. Muchas patologías afectan nuestro sistema respiratorio, siendo frecuentes las de base alérgica (como la rinitis), o aquellas en que nuestro sistema inmunológico actúa en contra de nosotros, como el asma, siendo estas en las que el comino puede ser de gran ayuda.
Comino, la ayuda para las molestias respiratorias
¿Cuántas veces te has sentido muy congestionado, o has estado con catarro?, ¿sufres de congestión nasal en la primavera?, ¿te molesta frecuentemente el asma?. Estas enfermedades son difíciles de tratar, pero el comino puede ser de gran ayuda, lo que se debe a sus propiedades, como las que veremos a continuación:
Propiedades del comino
El comino contiene aceites que ayudan a combatir infecciones virales, así como contiene una gran cantidad de vitamina C. Además, nos aporta vitamina A y E, potentes antioxidantes, que nos ayudan a mejorar nuestro sistema inmunológico. Por otro lado, se ha descubierto que el comino posee propiedades antisépticas y ayuda a disminuir la fiebre.
¿Cómo consumo el comino?
Puedes hacer una infusión de comino, dejándola enfriar y sirviéndotela tres veces al día, o puedes agregarlo a tus comidas. También puedes consumir aceite de comino en tu café, o puedes aplicar unas gotas en tu nariz congestionada. Puedes hacer unas mezclas para recuperarte rápidamente de un catarro, por ejemplo, mezclando un té de comino con una pizca de jengibre, o mezclándolo con miel para mejorar su sabor.