La harina integral de trigo es un alimento natural y saludable. Destaca por ser rica en fibra (un buen remedio para el estreñimiento) y, desde el punto de vista nutricional es un alimento muy completo. De entrada, aporta hidratos de carbono complejos, proteínas y vitaminas del grupo B, entre ellas la vitamina B9 o ácido fólico, esencial para el sistema nervioso. En cuanto a su aporte en minerales, destaca el selenio, con efecto antioxidante, lo que ayuda a protegernos de los efectos de los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
¿Qué es?
La harina integral proviene del grano de trigo entero sin separación de ninguna parte de él. A diferencia de la harina blanca o refinada, conserva la cubierta exterior del grano de trigo o salvado y el germen de trigo, que contienen una gran cantidad de fibra, ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas del complejo B y hierro.
La harina integral se destaca por una cantidad de fibra 3 veces superior a la harina blanca. Además tiene un alto contenido de vitaminas y minerales, como vitaminas del complejo B, vitamina E, hierro, potasio, magnesio, zinc, entre otros.
Debido a sus propiedades, la harina integral y los productos elaborados con ella como principal ingrediente, tienen un valor nutricional superior al de la harina blanca.
Beneficios
Mantiene los niveles de azúcar en sangre
Debido a su alto nivel de hidratos de carbono, ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes. Es un producto que se recomienda a personas con diabetes tipo II, personas obesas y personas con problemas metabólicos.
Reduce el estreñimiento
El trigo es una gran fuente de proteínas y fibra, y provoca un descenso en los problemas de estreñimiento, además de reducir el riesgo de enfermedades como cáncer de colon. Reduce los niveles de colesterol en sangre y puede ayudar a prevenir la obesidad.
Buena digestión
Gracias a la fibra presente en los granos enteros, la harina integral ayuda a que el intestino tenga un movimiento regular. Previene la aparición de enfermedades como inflamación, hemorroides, dolor y diarrea.
Los granos enteros también contienen ácido láctico que aumenta la reproducción de bacterias beneficiosas en el intestino grueso, que ayudan en la digestión, promueven la absorción de los nutrientes y fortalecen el sistema inmune.
Reduce el colesterol
Los granos enteros de la harina integral ayudan a prevenir la absorción del colesterol malo y disminuir los niveles de triglicéridos, que pueden generar enfermedades cardíacas. La fibra presente en la harina integral logra atrapar y arrastrar el exceso de grasa consumida por los alimentos, depurando al organismo de sustancias tóxicas.
Los antioxidantes presentes en esta harina limitan el transporte del colesterol hacia las paredes arteriales y tejidos.
Depura el organismo
La harina integral ayuda a depurar el organismo de forma muy eficaz, desde el hígado hasta el sistema digestivo, ayudando a adelgazar y mantenerse saludable.
A su vez, aporta energía duradera para entrenar o realizar actividades físicas exigentes, ya que aporta energía de liberación lenta.
Alivia los síntomas de la menopausia
La harina integral aporta lignanos a nuestro organismo, que reducen el flujo de hormonas, aliviando los síntomas de la menopausia. También reducen el riesgo de padecer cáncer de próstata, de mama o de útero.
Previene la aparición de enfermedades degenerativas
Por su gran cantidad de vitaminas y minerales, protegen al organismo de la acción de los radicales libres, que dañan las células y pueden producir enfermedades degenerativas.
Modo de Consumo
Esta harina se utiliza mucho en la elaboración de panes, galletas, grisines etc.. Empleándose tanto sola como combinada con harina de trigo blanca en distintas proporciones.
A mayor cantidad de harina integral más dificultad para el amasado y la fermentación por desarollar menos cantidad de gluten. Aporta sales minerales y vitaminas del complejo B y el germen, vitamina E.